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A nadie se le escapa las graves consecuencias que está teniendo el fenómenos del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, dentro de las Islas Canarias. Unas pérdidas materiales que están supuestos que cientos de viviendas se hayan visto completamente destruidas, incluyendo edificios públicos, como colegios o la iglesia de Todoque.

Para entender la magnitud del espacio que la lava está sepultando, el periódico EL PAÍS ha creado un espacio en su página web, donde introduciendo los datos de cada población se genera un mapa del impacto que el magma tendría sobre cada término municipal.

Obviamente, se trata de una recreación, pero que deja imágenes curiosas, que sirven para comprender que, lejos de la espectacularidad de la propia madre naturaleza, la catástrofe tiene proporciones históricas.

Si se teclea el nombre de poblaciones como Barbate, que posee una extensión de 143,4 km², encontramos que cogería prácticamente la totalidad del casco urbano, desde la zona conocida como La Barra, al puerto de la Albufera. Hay que tener en cuenta que la anchura máxima de la colada del volcán es de 400 hectáreas, según los expertos.

Como mera curiosidad, en el mapa se excluye de la supuesta quema, la zona del Parque Natural de La Breña y de uno de los lugares del que más se está hablando en los últimos días: El Següesal. Eso sí se salvarían algunas zonas concretas, según la silueta que aparece en el mapa, tras el recorrido que ha seguido la lava.

La proporción del acontecimiento es tan grande, que la ELA de Zahara de los Atunes quedaría totalmente enterrada en cenizas, lo mismo que Los Caños, Zahora o localidades vecinas como Conil o Vejer.

Al margen de la anécdota, estos datos hacen comprender a la ciudadanía lo necesario que es la ayuda a una localidad como La Palma y, por otro lado, lo expuestos que estamos a las circunstancias meteorológicas. Caso por ejemplo, de la llegada de un Maremoto, para localidad tan próximas a la costa.