¿Dónde está la Policía Local de Barbate? Esta pregunta puede verse a diario en las redes sociales en las publicaciones de distintos ciudadanos, que se cuestionan el motivo por el que las patrullas están prácticamente desaparecidas en todo el término municipal.
Lo cierto es que el pasado 3 de agosto, la plantilla de agentes tomo la decisión de suprimir los servicios extraordinarios que se suelen prestar en verano con el aumento poblacional, en señal de protesta por no haberse aprobado la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) en el Pleno de la Corporación Municipal.
Según fuentes de la plantilla, fue el propio alcalde, Miguel Molina, quien en una reunión se había comprometido a aprobar este documento a primeros de años, retrasándose mes a mes su moción plenaria. Ésta llegaría en el orden del día de la Sesión del pasado mes de agosto, aunque el regidor decidió retirarla finalmente al suscitar protestas entre los trabajadores municipales, lo que derivó en acciones sindicales. Sin embargo, existe otra versión – la que supuestamente dio el primer edil a los agentes de la Policía Local – en la que la RPT fue retirada por falta de documentación.
La guinda del pastel se puso la semana pasada, cuando los agentes de la Policía Local volvieron a reunirse con el alcalde para hablar sobre la situación actual. En dicho encuentro, la plantilla policial se encontró con que el interventor municipal ha realizado un informe desfavorable al cobro del complemento específico de los agentes, lo que supone unos 300 euros más en la nómina de septiembre, y que el alcalde no está dispuesto a firmar con el reparo de Intervención.
Por todo ello, los agentes han decidido continuar realizando exclusivamente los turnos ordinarios, sin prestar ningún servicio extra como forma de presionar al gobierno local, ya que ni se tiene expectativas de cobrar dicho complemento ni se va a regularizar la plantilla a través de la RPT. Además, siempre según las fuentes de la plantilla policial, la incorporación de los ocho nuevos compañeros ha supuesto escaso alivio a la carga de trabajo del cuerpo, ya que muchos de ellos están próximos a la jubilación o en segunda actividad.
Este es solo el último capítulo de los desencuentros entre el equipo de Gobierno y los agentes de la Policía Local. Una relación que ha pasado de ser óptima en los primeros años del equipo, cuando el Ayuntamiento dotó a la Policía Local de más medios, a estar plagada de desconfianza, con unos agentes que ven cada día como los propios políticos echan balones fuera, culpan a los agentes de ciertos fallos de gestión, y menosprecian su labor.